donde nadie me descubra
es un sitio imposible.
debería gastarle más a menudo
bromas a la muerte,
mientras fuma sus pitillos, cuando está distraída y triste.
no tiene guadaña y siempre
lleva la minifalda más corta.
donde nadie me encuentre
es un sitio acogedor,
el tabaco no quema la garganta
y la cerveza siempre es bálsamo
de Fierabrás en los momentos
de mayor dificultad,
todo huele a nuevo y hasta los
saltamontes están preñados.
donde nadie me adivine
es un sorbito de alcohol,
es calor de hormiguero,
es la vejiga de Dios.
Cojonudo, de verdad. A veces no hacen falta mucho para estar a gusto. Como decía una canción “…caen bombas a mi alrededor pero yo tengo ganas de bailar”, o algo así…
Las bombas caen pero tengo ganas de vivir
Las bombas caen pero tengo ganas de vivir
Pues eso mismo, a vivir se ha dicho