darle vueltas al incesto es de locos,
no pensar en el manicomio es de locos,
y creer demasiado en el sexo también
es cosa de locos.
nos condenamos en glorietas de mala muerte,
apestamos demasiado a cerveza y a tabaco
al amanecer,
hasta los pájaros nos señalan y murmuran:
“malditos locos”…
hay que seguir bebiendo “jarabe de cobarde”,
así escuece menos,
así casi no se aprecia el dolor,
así, no es que sea fácil, pero sí
contundente y rápido.
es de locos pasear en bicicleta,
es de locos mirar las puestas de sol,
es de locos escupir en el suelo,
es de locos cantar canciones de amor,
es un desierto de niños insanos,
es el campo de concentración
que alquilamos cada verano.
– tu padre se la mete a tu madre
me dijo un niño a los ocho años,
– es de locos – pensé yo,
es un adagio de completa locura,
un culo borroso y fofo en el que
todos nos vemos reflejados.
Tiene fuerza, me gusta. Campos de concentración que alquilamos cada verano, que gran verdad. Y zulos a 30 y 40 años, que gran error y que gran locura… y que gran cantidad de culos fáciles para el gran fabricante de camisas de fuerza.